domingo, 24 de mayo de 2009

De latidos, concatenaciones y otros fundamentos religiosos

Da capo.

Estas últimas semanas han estado signadas por la lluvia. Acá en Caracas los calendarios llevan escrito a manera de nota al pie de página, en fuente Times N. R. tamaño cuatro y en ruso u otro idioma de alfabetos no occidentales la siguiente inscripción: "El frío viene, el calor se queda. Hay agua pero se estanca. La ciudadanía se convierte en una sopa de letras próxima a enfriarse."

En mi casa (porque oh silva a los dioses que feroces me han dado su gracia. De noche tengo casa.) Han estado entrando cigarras o cigarrones o como sea que se llamen esos bichos enormes que se la pasan entonando el Do fatigado de estas épocas color, acorde con la fábula y paradójicamente con respecto al dicho popular, de hormiga.

La religión se destartala por estos días, la gente comienza a desperezarse de las festividades comunes y se prepara para el solsticio de verano y las tres-cuatro-cinco de la tarde eternizadas, no tanto en el trópico como en los paises con regimenes estacionales, pero eternizadas al fin. Algunas personas se desesperan con esta aparente inercia entre fría y caliente, rara, como un limbo y tiene tentaciones raras.

Hoy, por ejemplo,

quise salir a pasear por las calles

y con un cuchillo de mango verde

(primera gaveta, la que no tiene tirador)

matar a toda persona

que no tuviera los ojos azules.

Cordura: mantener siempre un secreto. Tener un objeto de morbo guardado para lo nocturno. Hacer de lo solar una espera(nza) de la saciedad de ese morbo. La noche. No busques cordura en la Noche, búscala en ti mientras la noche se pasa. Aquellos ciudadanos (es decir, los que vivan en compañía) que padezcan alteración de los humores con tendencia hacia el exacerbo del humor melancólico deben seguir las siguientes indicaciones: nunca quedarse completamente solos, aparejarse un lugar de la estancia en la que puedan acumular objetos inútiles (basura, artículos sucios, ropa sucia, papeles rotos, poemas ajenos), requerir que se les lea fragmentos de textos en prosa o verso libre y, finalmente, procurar tomar sol el mayor tiempo posible; no obstante, esto último siempre debe hacerse bajo un árbol o artificio semejante que procure una sombra moderada y el melancólico debe intentar, durante estos periodos solares, dormir siesta.

Más o menos por ahí iba el lío del psicoanálisis. Ahora bien, las religiones participan de la idea de la cordura como estado de oposición ideal a esas tentaciones malsanas. Sin embargo, las religiones más modernas han tomado como punto de partida un concepto algo extraño, dirían los gentiles "daemónico": la esperanza. No versaremos sobre este tema en específico porque en mi casa, desde hace dos días, la esperanza tiene matices de tabú y de "mal" en el amplísimo sentido que se le quiera conferir al lexema.

En mi casa he optado por una variante de la religión que recordé hace poco: la música. Un compañero me regaló una flauta con la que estoy, sin quererlo, convirtiendo en mártires y santos a mis amigos más dados a la compañía. Es una flauta especial; tiene grabadas las iniciales N.B.

Quién habló de "Magia per N.B"

Por lo general la música desdistancia a las personas, hace ciudadanía

pero no como sopa fría (Nótese la pobre Mafalda de Quino).

La música propone latidos

y deja a la voluntad

ser.

Esto es,

música (ritmo, notas, armonía)

es exquisitamente inextricable

y, como tal, motivo y a la vez

consuelo (incluso una medio solución)

de las cuestiones religiosas

como el horror.

Variación de "La pulga y el piojo". Popular. Venezuela. Andante

Susana y la cosa

se quieren marear

pero no lo hacen

por falta de Pan.

Respondió el cigarro

desde el cigarral:

"hágase la mar

que yo pongo el pan"

Ya todos bien ebrios

en el cigarral

tocabanse las manos

llora

ndo su mal.

Insinuó Susana

desde el cigarral:

"Cosa quédate

que el Pan es real"

Y la cosa ebria

de tanto marear

mató al cigarrito

y comenzó

a callar.

Al fine.

Mañana tengo examen de teoría literaria. Estoy muy molesta porque no tengo acicate para el estudio de las formas narrativas y una que otra licencia poética. Soy tonta, no concateno, ando metida en mi época hiper-temporal, estoy medio enferma del estómago y hace calor. No he tocado la flauta porque me recuerda a cierto par de ojos azules y otro más de castaños que duelen del alma al pie. Para mí todavía hay un Sol negro y gigantesco entrometiéndose en mis cosas de Susana a través de la ventana. Ese Sol negro es espantoso, no nos deja dormir. Ni hablemos de esas ocasiones en las que sale de día y los melancólicos empezamos a quejarnos de dolor de vientre.

En la universidad, para colmo de esperanzados, arrojan bombas lacrimógenas, como si la gente no pudiera por sí sola llorar las injusticias políticas (que, al cabo, son siempre tan relativas como para llorar por ellas). Movimiento, oposición desesperada a la inercia, está lloviendo mucho últimamente, en la universidad se intuye con mucha fuerza la sopa, el olor de abuelas al mediodía.

Y andamos medio locos. Por esto casi no sé la terminología que usa Propp para el análisis del relato, ni termino de comprehender el por qué Barthes insiste en funcionalizar la palabra prosáica. El limbo debe ser un lugar parecido al salón en el que presentaré el examen de teoría mañana. A las cuatro de la tarde; a las cuatro en punto de la tarde. En el aula 201 de la escuela de Letras de la UCV.

"Para el horror no hay solución, sólo consuelo."

Al final, esta parte de la religión, la que me acompañe mañana, se llamará "Suerte", así; a secas, no sea que por confusión solar le de por ser mala si la llamo buena; después de todo, algo estudié.

Dd.

viernes, 15 de mayo de 2009

Esperanza

- ¡Oh muertos en la gracia de Dos! Por la paz que, según creo, esperan todos ustedes, díganme por dónde es el camino más certero para ascender a la montaña; pues al que más aprecia el valor del tiempo le es más desagradable perderlo y además sufrirlo en una angustia que, sin dejar de tener un resto de de esperanza, es siempre pánico.

Como aquellos seres se detuvieron inquietos al notar que detrás de mí se desplegaba la estela sombría de los vivos, yo resolví consolarlos de este modo:

- Sin que me pregunten nada, les digo que esta que aquí ven es, en efecto, un cuerpo vivo; y por eso impide la luz del Sol. El Sol de los vivos suele ser negro; así, espero que excusen mi decoloración tan impropia. ¡Pero, por favor, no se asusten! Crean en mí cuando les digo que si trato de alcanzar la cima de esa montaña es por motivo de una virtud celeste, casi azul.

Los que estaban muertos, esto es, los otros; parecieron tranquilizarse y ruborizarse bajo sus capuchas larguísimas. Yo, tan acostumbrada como estaba a la luz oscura, a la caricia tenue del rayito desasombrado, no pude ver sus caras pero distinguí el rosa glorioso desplegándose alrededor de ellos. No obstante, su caminar rítmico y más bien lento delataba una carencia musical, me recordaba a cierto relato llamado "Antífona"(1) y entonces comencé a cantar.

- Tome Coca Cola (Pp.)

Y ellos, asombrados al fin, se dieron cuenta de que tenían sed. Se volvieron sobre sus pasos con lentitud más no sin antes señalarme un punto concreto del sur. Uno de ellos me dijo:

- El problema de los muertos es que no encontramos hielo ni cosa que enfríe la bebida. Caliente, bien lo sabes, no hace más que aumentar la sed, sobre todo si se trata de música. Pero ve tú que te ves enfermo del todo, pues el mal que te aqueja no menguará tu fuerza y voluntad. Aquella que te señalo no es montaña ni está hecha de tierra; es más bien una mujer de cuerpo, vacía de adentro, y la esperanza le va bien para congelar su cima y calmar tu sed de luz, ah, de azul...

Yo procuré agradecer con una caricia pero aquel ser era etéreo como el propio aire. Tres veces lo intenté y tres veces la bondad de los brazos, que siempre es demasiado larga, fue en vano. Entonces, grotescamente encorvada, coca cola en mano, me dirigí hacia la montaña que se insinuaba sensual, desnuda de corazón y como de mentiras graciosas.

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(1) "Antífona" José A. Ramos Sucre

Para más detalles lean "TRILCE" de César Vallejo.

Y visiten mi metroflog n_n

Dd.