sábado, 6 de marzo de 2010

Una nutria

Mi nariz es el fidedigno espacio
de la depravación, de la prohibición cotidiana

:

No te separes.
Dice: en la línea, camina por
las calles como los niños, sin pisar la norma.

¿Cómo descubrir o descubrir o desescribir
(Dios mío) desesperar los niños,
las palomas, las burbujas de jabón
sobre la piel morena de la madre.

Mi madre está prohibida
y tiene
en las manos
sólo sus manos.