
miércoles, 29 de abril de 2009
Un toque... Aproximación egoista a Idea Vilariño

lunes, 27 de abril de 2009
"Buscando tierra epifánica"

domingo, 26 de abril de 2009
Resta uno más uno

- Es fácil - respondió ella, arrojando el cigarro a medio consumir sobre las matas muy verdes que crecían frente a la biblioteca - Uno más uno casi siempre da uno. Y los números a partir del cuatro comienzan a desarrollar una bondad rara. Ya no es uno, ni dos, ni el fatídico tres; ahora el plural comienza sinceramente a hacerse notar y hay una comodidad lógica e infalible: entre más unidades existan, menos se nota la carencia de alguna de ellas.
- Entiendo - torció él divertido - ¿Quieres algo de beber?
- Sí, por favor, algo para tomarme las píldoras estas del demonio. La sed no se acaba, una coca bien heladita estaría bien.
- ¿Estás segura de que no hacen daño esas pastillas? - preguntó con un dejo de preocupación.
- Nene, todo es relativo - respondió ella con media sonrisa y sacando otro cigarro de la caja amarilla que cargaba para todos lados - en este punto, luego de saber que soy un desperdicio de tiempo - titubeó - o del tiempo, lo peor que puede pasarme es que no vuelva a abrazarme. O que al tirar del gatillo pueda sentir la bala haciéndome cosquillas en el paladar.
- Sabes que no tienes por qué hacerlo. ¿Verdad que lo sabes?
- Sí - se dijo ella - ya lo sé. Pero estoy sola, terriblemente sola y ya no... En fin, la verdad es que sólo estoy muy, muy cansada... Sabes que lo que hago...
- Sé que me amas. - terminó él.
Entonces Ella cogió las píldoras y se las tragó sin contarlas. Comenzó a acariciar su vientre, luego se frotó las manos, los dedos que se le entumecían por momentos. Había comenzado a sentir cómo ardía su estómago y recordaba, como entristecida, a la jirafa que cuando le preguntaban que si la que tenía era su mejor sonrisa, ella respondía que eran gases.
Se demoró un poco más en el vientre. Luego siguió hacia arriba, obviando estereotípicamente los senos todavía frescos, se tocó la parte de atrás del cuello un momento y llegó a los labios. A Ella le hubiera gustado que sus lágrimas fueran un poco más frías. Debían ser cinco o cinco y media de la tarde y la noche se insinuaba, una vez más entre rosa y naranja. Recordó la película del sueño, se llamaba Cercajana. Odiaba la película del sueño.
El vientre pareció explotar en pánico y ella pudo sentir, además de ver, cómo se escapaba un hilito de sangre bajo sus piernas. El dolor debió haber sido atroz pero ella terminó de fumar la mitad del nuevo cigarrillo, se encogió sobre sí, tomó el morral y la cajita y arrojó todo sobre las matas.
- Uno más uno... - susurró - El gran problema del mundo es que no sabemos lo que estamos diciendo.
Hubo un disparo y comenzó a lloviznar despacito. Cerca, seguramente, alguien acababa de arrojar por enésima vez el violín en la silla que daba a la ventana.
sábado, 25 de abril de 2009
Anoche se mojó todo

jueves, 23 de abril de 2009
Motivo de tierra
Historias la(aaa)rgas de tiempos más bien ralos. Literalmente estoy des-esperada, aunque no me acostumbro a la idea de ser inmortal; toda una idea.
Bah.
Lo pongo, lo leo y lo releo. Gracias a Rody por el libro que me regaló hoy.
Dd.
Devora gusanos
entre suavidades,
ese morbo de piel
que viene como arcada
justo después del suspiro.
Llevo tres muertos
en la espalda
uno por cada conciencia.
Tengo destinos
y destinos,
todos metros bajo tierra
enterrados, gritando:
¡Estoy vivo, pero no me muevo!
Y cada lágrima que les lloro
es uno de tus rostros.
Somos bien cuidadosos.
Y hacemos un florín cómico
antes de caer en el hoyo
del que nos sacan a la fuerza
cuando nos dicen que son los demás
quienes vivieron felices por siempre.
La princesa,
con el rostro lleno de tierra,
ha hundido dos dedos cerca del lago
y dice: aquí estoy.
Dd.
De la pause
miércoles, 22 de abril de 2009
La vida de las marionetas
martes, 14 de abril de 2009
Agua sucia (o fábula del zorrillo y la hormiga)
