
Querencia de razón
contenta de pánico, casi con estafa
de pobres alegrías a luces
que se mueren de hambre.
Poca cosa de dedos
desde que son dedos.
Cuando no soy a ti,
¿Se comprende?
Hasta entonces.
Lloras luz,
te cuelgo trémulo de unos clavos:
demasiado viento para ser Domingo.
Te coloco tiempo alrededor del cuello
y te callo con toda mi espera.
De tu sacro tanteo de calores,
tiene los pies hediondos a tierra húmeda.
Y los beso queriendo borrar
nombres.
¡Mira la duda desnuda,
oh amor
lamerse las ronchas
y a la mosca
arrastrarse las alas podridas alrededor.
Ya eres palabra.
Romance de lluvia que cae desde la gente.
De caer con Voz falsa:
darle un beso a la botella vacía
de tu parte.
Y dices mi nombre como si
me reprocharas el mundo.
Tengo la carne podrida:
pobre cura sin brisa
de campanas húmedas.
Hay un paréntesis de noche
que no se cae de estos árboles.
Cosas de la vida tranquila,
carencias varias de luces largas.
Ya he dibujado la cruz con un miedo,
ya mastico el vidrio: Arena
que se hace a la idea de ser piel
y entre los últimos compases la risa de Mozart.
No hay comentarios:
Publicar un comentario