sábado, 29 de noviembre de 2008

Nuestra literatura dealocha

Me aburro (burro) mantequilla que vuela, triangula: mariposa que se cae de la boca y se reitera a morir en el vientre de una cosa, casi loro o casi palabra. Se distrajo y olvidó de tanto ma(r/l) Qué noche más democrática hay autobuses como árboles; las moscas son una hipérbole que se gasta sobre nuestras cabezas. Hoy confundí un edificio con unas nubes. Llevo meses haciéndolo. A tres pasos sencillos. La gente comenzó a vivir en las nubes. Cuando se dieron cuenta, ya las visceras adornaban los adoquines y los niños se llamaban todos Billy. Así teniendo nombres se llenaban la boca de piedras sueltas. Billys corrían por las calles y se preuntaban el por qué de tanta nube. Los árboles son ies: siempre dejan algo por decir. Es cierto, hay muchos árboles últimamente. Había una vez un abrazo y todos morían de calor en aquel país. Al final de la calle venden gente a unos cuantos libros que pasan ebrios.

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